El cambio climático y la agricultura: un problema de hoy y del futuro
Los cultivos necesitan tierra, agua, luz solar y calor adecuados para crecer. Y desde hace unos años, el calentamiento atmosférico está alterando la estación de crecimiento de los cultivos. Si hay alguna actividad productiva que dependa directamente del clima y de su variabilidad, esta es sin duda la agricultura.
Cambios proyectados en las temperaturas, patrones de precipitaciones, retroceso de glaciares e incidencia y magnitud de fenómenos climáticos extremos, entre otros, repercuten negativamente en el sector.
Estos factores están teniendo tanto efectos positivos como negativos en la productividad de esta actividad agrícola:
-Aumento de la temperatura:
+ Periodos de crecimiento más rápidos
+ Nuevos cultivos en zonas frías
- Aumento del estrés térmico
- Aumento de malas hierbas, plagas y enfermedades
- Problemas de floración
-Variación de las precipitaciones:
+ Aumento de la productividad
+ Disminución de la demanda de agua
+ Aumento de las garantías del abastecimiento del agua
- Aumento de las inundaciones
- Aumento de la frecuencia de sequías
- Aumento de malas hierbas, plagas y enfermedades
- Aumento de la erosión
La agricultura debe jugar un doble papel antes estos cambios para ser viable, potenciando aquellas prácticas que contribuyan a la reducción de las emisiones GEI y desarrollando aquellas estrategias que permitan a los agricultores adaptarse y aprovechar las oportunidades que se den en los nuevos escenarios consecuencia del cambio climático.
Las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura puede reducirse:
+ Mejorar la integración de técnicas innovadoras
+ Capturar el metano del estiércol
+ Uso eficiente de los fertilizantes
+ Aumentar la eficacia de las producción cárnica y láctea
+ Reducir los residuos alimentarios
+ Consumir menos carne y otros productos con alta huella de carbono
Este camino a seguir es clave para el desarrollo sostenible de nuestros países.