¿Conoces el efecto del mosquito del trigo?

El “Mosquito del trigo” es un díptero parásito de la familia Cecidomyidae, de la que se derivan varias especies, teniendo cada una de ellas preferencias por un cereal distinto.

En España, según datos de la Red de Alerta e Información Fitosanitaria, hay al menos tres especies que afectan a los cereales:

  • Mayetiola: ataca principalmente al trigo y, a veces, al centeno.
  • Mayetiola mimeuri mesnil: destroza los cultivos de cebada.
  • Matetiola avenae marchal: asalta a la plantación de avena.

Este insecto suele aparecer tras las primeras lluvias de otoño. El mosquito adulto presenta un tamaño adulto de entre 3 y 4 mm. Su coloración es gris oscuro, pero con matices, el abdomen con bandas rojas, las patas largas y negras, las alas de color ahumado y cercos largos y amarillos claro.  La larva es alargada y transparente. Y la pipa es de color pardo, ovalada, con extremos de unos 4 mm. 

Los mosquitos adultos depositan los huevos en las hojas. Una vez eclosionan, las larvas que consiguen llegar a la base de la hoja, segregan una saliva sobre el tallo y la corteza. Tras varias semanas, se transforma en pupa y se posa bajo la vaina.

Los daños más graves se registran en las primeras fases de crecimiento del cultivo, hasta el ahijado. El primer síntoma es la debilidad de la planta por falta de savia, comienza por amarillear las puntas y acaba por secarse. El crecimiento se retrasa y el peso de la espiga y el rendimiento de la cosecha se reduce. Y, donde se penetra la larva o se ancla la pupa, la planta se debilita y con la acción del viento puede tronchar la caña e impidiendo la recolecta de las espigas que caen al suelo.

Cuando detectes estos ataques, La Red de Alerta e Información Fitosanitaria aconseja:

  • Labrar la tierra profundamente con volteo durante el verano para dificultar la emergencia de los adultos.
  • Enterrar los rastrojos a más de 10 cm de profundidad.
  • La parcela donde se cultive el cereal debe estar limpia de ricios desde otoño hasta la siembra.
  • No cultivar el terreno muy temprano para evitar las plagas.
  • Realizar rotaciones de cultivo
  • La plantación de girasoles puede ser un gran cebo para el mosquito. El insecto realiza la puesta, pero la planta se destruye en invierno antes de que finalice el desarrollo larvario.

 

Actualmente, no existen productos fitosanitarios efectivos para controlar el daño de este insecto. Y, además, se desaconseja quemar los rastrojos para controlar la plaga, porque las pupas persisten en los centímetros inferiores del tallo, y sobreviven a la quema del cereal.