Los cultivos necesitan tierra, agua, luz solar y calor adecuados para crecer. Y desde hace unos años, el calentamiento atmosférico está alterando la estación de crecimiento de los cultivos. Si hay alguna actividad productiva que dependa directamente del clima y de su variabilidad, esta es sin duda la agricultura.
La tierra de diatomeas son algas unicelulares fosificadas que se utilizan como fertilizante orgánico e insecticidas ecológicos para los cultivos. Se considera un fertilizante natural muy beneficioso para los suelos.
La utilización de las deyecciones ganaderas como fertilizante orgánico es tan antigua como la propia historia del ser humano. Desde el Neolítico, la integración de la ganadería y la agricultura han contribuido a diseñar y conservar el medio ambiente que conocemos.