Junio es el mes donde comienzan las horas de sol infinitas y empieza a oler a verano. El campo amanece con mañanas frescas y a mitad del día el sol comienza a pegar fuerte, por eso las horas tempranas son las mejores para realizar las labores de la tierra.
El mes de marzo marca la transición del invierno a la primavera, un momento emocionante para los amantes de la jardinería. Con la llegada de días más largos y temperaturas más cálidas, marzo se convierte en un período crucial para comenzar a sembrar las semillas de un jardín floreciente.
El mes de mayo es el momento perfecto para sembrar cultivos que necesiten suelos cálidos y húmedos. Las temperaturas son más cálidas en esta época del año y las lluvias primaverales aún no han cesado, lo que proporciona el ambiente óptimo para que las semillas germinen y crezcan.