La mastitis, la enfermedad que provoca más perdidas económicas
La mastitis es la inflamación de la glándula mamaria. Esta enfermedad afecta la cantidad y calidad de leche. Hoy vamos a hablar de cómo tratar la presencia de estas bacterias en animales de ganado (ovejas, cabras, vacas, etc.)
Tipos de mastitis:
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Hiperaguda: El dolor, la alta temperatura y la hinchazón de la ubre provoca más de 38º de fiebre y el animal no come.
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Subaguda: La enfermedad afecta solamente a la ubre y no sufre tanto a nivel general.
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Subclínica: No es visible porque las ubres todavía no están inflamadas, pero la leche produce demasiados glóbulos blancos, células y bacterias.
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Crónica: Si la mastitis subclínica no se tarta adecuadamente, se convierte en crónica. La ubre pierda gradualmente la capacidad de producir leche, se atrofia o desarrolla nódulos duros.
Causas de la mastitis:
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Ordeño inexperto
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Maquinaria defectuosa
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Traumatismos
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Cortes en la ubre o pezones
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Mala higiene
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Presencia de bacterias patógenas
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Hipotermia
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Suciedad en el establo
Cómo tratar la mastitis:
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El veterinario prescribe el tipo de mastitis con medicamentos especiales.
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Por lo general, se inyecta penicilina o estreptomicina en la ubre.
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El primer día se aplica una compresa fría en la ubre y compresas tibias los días siguientes.
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Si el animal está muy dolido, se emplea mastomicina.
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Se puede masajear ligeramente la ubre del animal de abajo hacia arriba. Realizándose el procedimiento cada 4 o 6 horas.
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Después de ordeñar, se frota una pomada de ichtiol sobre la parte afectada, 2 veces al día durante 4 días.
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Además, se suele administrar algún diurético y un laxante.
Cómo alimentar al animal con mastitis:
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Se deben excluir todos los alimentos que puedan estimular la lactancia.
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Suministrar frutas jugosas, verduras y patatas.
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Reducir la cantidad diaria de alimentos en general.
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El alimento principal debe ser heno de alta calidad y ramas finas.
5 tips para prevenir la mastitis
HIGIENE
Mejorar la limpieza del establo y las condiciones al ordeñar.
SEPARACIÓN
No mantener a los animales agrupados, aislando a los enfermos para que no contagien al resto.
MANOS
Lavarse las manos con abundante agua y jabón, antes y después del ordeño.
PRODUCTOS ESPECÍFICOS
Usar cepillos limpios y pulverizadores para desinfectar las ubres. Esta práctica reduce el porcentaje de nuevas infecciones entre un 30 y 40%.
LIMPIEZA
Almacenar los utensilios empleados limpios y desinfectados.
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