La sequía, una preocupación creciente

La falta de precipitaciones y las altas temperaturas de estos últimos meses han provocado graves consecuencias para el sector agrícola y ganadero, dos pilares fundamentales de la economía española. Afectando a las cosechas y al futuro de la ganadería.

 

IMPACTO EN LA AGRICULTURA:

Está afectado en torno a un 60% del campo, con más de 3.5 millones de hectáreas dañadas, según informa el sindicato agrario COAG. Lo que supone una pérdida de 9 millones de toneladas de cereal. Los productores pueden llegar a perder 500€ por hectárea.

Pero ojo, en el año 2017, se registró una producción de solo 16 millones de toneladas, una cifra considerablemente inferior a la producción promedio de entre 20 y 26 millones de toneladas en años normales. Este dato sitúa a 2017 como uno de los peores años en términos de producción de cereal de secano en la historia reciente de España, solo superado por 2012, cuando se alcanzaron los 17 millones de toneladas. Pero este año, la sequía preocupa mas porque es generalizada en toda España, de norte a sur.

 

 

IMPACTO EN LA GANADERÍA:

Las superficies sembradas de trigo y cebada para esta campaña se ha reducido hasta unos 5.2 millones de hectáreas. Y, además, los daños de la sequía confirman que la mayor parte de las cosechas de trigo y cebada en la mitad sur de la península ya se han perdido y peligran las de la mitad norte si no llueve según COAG.

Y se suma el precio de los forrajes y la alfalfa que comen los animales que ha pasado de 0.48€ a 0.75€ por kilo y la paja de 0.08€ a 0.15€.  

 

 

Ante la creciente preocupación por la sequía y sus consecuencias en la agricultura y la ganadería, se deberían implementar diversas medidas para mitigar sus efectos. 

1.    Gestión eficiente del agua: Es fundamental optimizar el uso del agua disponible mediante sistemas de riego más eficientes, como el riego por goteo o el riego localizado. Además, se pueden implementar técnicas de captación y almacenamiento de agua, como la construcción de embalses o la utilización de sistemas de recogida de agua de lluvia.

2.    Diversificación de fuentes de agua: Es importante buscar alternativas de suministro de agua para el riego y el consumo animal, como la reutilización de aguas residuales tratadas o el uso de aguas subterráneas. Asimismo, se puede promover el uso de técnicas de captación de agua atmosférica, como la instalación de cosechadoras de agua.

3.    Mejora de la gestión del suelo: Se deben implementar prácticas agrícolas sostenibles que mejoren la estructura y capacidad de retención de agua del suelo, como el uso de técnicas de labranza conservacionista, el mantenimiento de coberturas vegetales o la aplicación de materia orgánica.

4.    Selección de cultivos y variedades resistentes a la sequía: Se deben promover cultivos y variedades adaptados a condiciones de sequía, que sean más resistentes y requieran menos agua para su desarrollo. La investigación y el desarrollo de nuevas variedades tolerantes a la sequía son fundamentales en este aspecto.

5.    Rotación de cultivos: La rotación de cultivos ayuda a mejorar la salud del suelo y reduce la presión sobre los recursos hídricos, ya que diferentes cultivos tienen diferentes requerimientos de agua. Además, algunos cultivos de cobertura pueden ayudar a conservar la humedad en el suelo.

6.    Pastoreo controlado y manejo adecuado del ganado: En la ganadería, es importante implementar prácticas de pastoreo controlado que permitan una mejor gestión de los recursos forrajeros. Se pueden utilizar técnicas como el pastoreo rotacional, que evita la sobreexplotación de los pastos y favorece su regeneración.

7.    Fomento de sistemas agroforestales: Los sistemas agroforestales, que combinan árboles y cultivos, pueden ayudar a reducir la evaporación del agua, proteger el suelo de la erosión y proporcionar sombra a los cultivos y al ganado, lo que contribuye a mitigar los efectos de la sequía.

8.   Apoyo económico y asesoramiento técnico: Es importante brindar apoyo financiero y asesoramiento técnico a los agricultores y ganaderos afectados por la sequía, para que puedan implementar las medidas adecuadas y adoptar prácticas resilientes.