El ganado también sufre el calor

Las altas temperaturas afectan a la nutrición, fertilidad y bienestar de los animales. El estrés por calor produce un menor rendimiento en las explotaciones. Las pérdidas económicas causadas por el menor consumo de alimento pueden provocar hasta la muerte del animal.

La principal causa es la perdida de termorregulación en las vacas, pierden el equilibrio entre la generación de calor metabólico y su disipación al ambiente. En este articulo te enseñamos herramientas para detectar tempranamente los signos de estrés por calor en tu ganado.

Los signos de estrés por calor en el ganado son respiración rápida y superficial, jadeo con el hocico abierto y salivación.

La herramienta más eficaz para detectarlo es el índice de temperatura y humedad (ITH): se calcula a partir de la temperatura ambiental y la humedad relativa del aire (tabla2) y también, por la frecuencia respiratoria y temperatura corporal (tabla2).

En las vacas lecheras el exceso de calor provoca cuantiosas pérdidas económicas debido a sus consecuencias sobre la producción y la reproducción, derivadas de los efectos negativos que tiene en el metabolismo digestivo, el sistema inmune, el sistema endocrino y el propio comportamiento de estos animales. Por tanto, es imprescindible adoptar medidas de diversa naturaleza tanto para reducir la producción de calor de las vacas como para incrementar su tasa de eliminación de calor.

La principal medida es reducir el calor corporal, si la temperatura rectal del ganado es > 41˚ C con jadeo profuso, lengua y cuello extendido el animal está bajo riesgo inminente de shock térmico. Si la temperatura rectal es > 42 ˚ C con respiración profunda y lenta el animal está en riesgo de muerte.

Otras medidas:

  • Proveer sombra y protección de la radiación solar directa en las áreas de alimentación.
  • Agua fría y limpia en lugares cercanos al ganado.
  • Uso de ventiladores y aspersores de agua en la áreas de comederos y túneles.
  • Mejorar las medidas antiparásitos.
  • Evitar vacunaciones o castraciones en horas punta de calor.
  • Incorporar alimentos que reduzcan el calor (ácidos grasos y granos de maíz o cebada).
  • Modificar las horas de alimentación para no coincidir con la digestión de alimentos con las altas temperaturas.